El pastel es un dulce elaborado con una masa a base de harina, mantequilla, huevos, azúcar, leche, y otros ingredientes, que se cuece al horno y se rellena o se cubre de crema, chocolate, frutas u otros productos de repostería.
Por Mariana Castillo @madame_bijoux Foto Víctor Ayala @VictorAyala
«Sin pan dulce no había hora del café en casa de mi abuela Amparo. Conchas, mantecadas, banderillas, orejas, polvorones, rebanadas y otros tantos se colocaban a placer en la mesa. Yo era de las que apartaba mi pan mordiéndolo para que nadie me lo ganara. Recuerdo que mi papá se acababa de un solo bocado algún cocol o panqué de nuez. En casa, durante algún tiempo, y como en toda buena familia veracruzana, no faltaba el café con pan en el desayuno, después de comer, en la merienda y en la cena. Hasta la fecha, mi mamá no deja de comprarlo para esos tres momentos en la jornada y “chopea” su antojo panoso en café como un triunfo cotidiano.»
La galleta (del francés galette) es un producto alimenticio pequeño y plano, dulce, horneado hecho normalmente a base de harina, huevos, azúcar, y/o mantequilla, aceite de cocina u otro aceite o grasa. Puede incluir otros ingredientes como pasas, avena, virutas de chocolate o nueces.
Galletas para viajes
La necesidad de alimentos nutritivos, fáciles de almacenar, fáciles de transportar, y de larga duración para los viajes largos, en particular para las travesías marítimas, se resolvió inicialmente mediante la adopción de alimento vivo, junto con un carnicero/cocinero. Sin embargo, esto ocupaba demasiado espacio en transportes de tracción animal o en barcos pequeños. Por ello, los primeros ejércitos recurrían a la caza y al forrajeo en sus desplazamientos.
La introducción de la cocción de los cereales procesados y la creación de la harina proporcionaron una fuente alimenticia más fiable. Los marineros egipcios realizaban un pan plano y quebradizo de mijo llamado pastel dhourra, mientras que los romanos tenían una galleta llamada buccellum. El libro de cocina romano Apicius la describe como: «una pasta espesa de harina de trigo fina se hierve y se extiende en una placa. Cuando se ha secado y endurecido, se corta y luego se fríe hasta que esté crujiente y luego se sirve con miel y pimienta».
Muchos de los primeros médicos creían que la mayoría de los problemas médicos estaban asociados con la digestión. Por lo tanto, sugerían el consumo de una galleta al día tanto para el sustento alimenticio como para evitar enfermedades.
Las galletas duras se ablandan a medida que envejecen. Para resolver este problema, los primeros panaderos intentaron crear una galleta lo más dura posible. Por ser duras y secas, y si se almaceban adecuadamente para su transporte, las galletas de las flotas sobrevivían a la manipulación brusca y a las altas temperaturas. Al ser endurecida al horno, se podía mantener sin echarse a perder durante años, siempre y cuando se mantuviera seca. Para viajes largos, la galleta se cocía cuatro veces, en lugar de las dos más comunes. Para suavizar galleta para comerla, a menudo se sumergía en salmuera, café o algún otro líquido o eran cocidas en una sartén con la comida.
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