Nutrición

Mucha gente está familiarizada con el uso de los aceites esenciales en masajes o difusión, pero no sabe que se pueden utilizar también en la cocina. Esto resulta curioso ya que como hemos visto las plantas aromáticas se han utilizado para curar y para cocinar desde tiempos inmemorables, y sin embargo, hoy en día, parece que ese uso fuera nuevo. Pues bien, aquellos innovadores que buscan nuevas experiencias culinarias pueden volver a lo tradicional abriéndose a sabores insospechados. El uso de aceites esenciales en la comida tiene grandes ventajas; no sólo los percibirán en las papilas gustativas, también se beneficiarán de las propiedades digestivas de estas plantas.

Hablamos de comida saludable; los alimentos que tomamos deben mantenernos fuertes y sin ningún tipo de carencia nutricional. Cómo estarán imaginando, no hay un tipo de aceites esenciales específico para el uso culinario sino que éstos pueden usarse para el cuidado de la salud, para condimentar comidas o para ambas cosas. Sí hay que conocer las propiedades de cada uno de estos aceites esenciales ya que tienen una variada composición y, por eso, no todos están recomendados para ser tomados por vía oral. Para quienes quieren iniciarse en el uso culinario de los aceites esenciales, unas sencillas recomendaciones:

Recomendación 1: Calidad ante todo.

Hay que ser intransigente en cuanto a la calidad de los aceites esenciales que adquirimos. Hay muchas tiendecitas con decoración y olores agradables que venden aceites, pero cuidado con lo que compras. Utiliza siempre (y más en la cocina) aceites esenciales Young Living que tienen un proceso  certificado de calidad desde la semilla hasta el sello y que respetan las normas alimentarias. Si no, corremos el riesgo de absorber una gran concentración de pesticidas.

Recomendación 2: No son aptos para todos.

No utilizar nunca los aceites esenciales para las mujeres embarazadas o lactantes, los bebés y niños pequeños. Preste especial atención a las personas con alergias severas, ya que los componentes de algunos aceites esenciales pueden ser peligrosos. Hay que tener precauciones con el orégano (origanum compactum), con el tomillo timol (thymus vulgaris) y el tomillo borneol (thymus sateroides), con el clavo (clove – eugenia caryophyllus) y la ajedrea (avory – satureja montana) ya que estos aceites llevan fenoles y son dermocáusticos y hepatotóxicos.

Romero verbenona (rosmarinus qt verbenona) y eucalipto mentolado (eucaliptus dives) llevan cetonas y son aceites neurotóxicos y abortivos. Las canelas (cinamaldehido) pueden provocar irritación cutánea y su uso está reservado a consumidores bien informados.

En realidad existen muchos aceites esenciales que sí pueden ser utilizados por embarazadas, lactantes y niños, pero preferimos ser radicales y que se vean los aceites esenciales en concreto para esos casos. Unos aceites esenciales quimiotipados y con su control de calidad debe tener indicado todo esto. Además, una vez diluidos adecuadamente e incorporados en los alimentos el riesgo es mínimo.

Recomendación 3: Diluirlo pero NO en agua.

Los aceites esenciales son productos naturales de muy alta concentración, así que no hay que ingerirlo puro. Siempre hay que diluir los aceites esenciales. Dado que los aceites esenciales son insolubles en agua, y también con el fin de proteger el sistema digestivo, lo mejor es incorporarlos en un material viscoso o graso como miel, aceite de oliva, o yema de huevo, entre otros.

Recomendación 4: Siempre poca cantidad.

Las cantidades que usaremos de aceites esenciales siempre serán mínimas. A veces una sola gota “extra” puede transformar un plato exquisito en algo no comestible. Por ejemplo, una gota de aceites esenciales de albahaca es equivalente a 10 gr de albahaca fresca. Así que hay que seguir algunas reglas básicas:

– Nunca incorporar el aceite directamente en el plato.
– Siempre diluir la gota en una cucharada de materia grasa o viscosa para incorporarla a la mezcla.
– Respectar el número de gotas que se indica en la receta, o, en caso de duda una por plato.

Recomendación 5: las esencias.

El uso de aceites esenciales y esencias (el liquido extraído por presión de la cáscara de los cítricos se denomina esencia en lugar de aceite esencial) en postres da maravillosos resultados. Por ejemplo en compotas, confituras, helados o ensaladas de frutas. Es en el uso en frío que se obtienen los mejores resultados pero también dan excelentes resultados cuando los incorporamos en pasteles o platos salados cocinados.

Debido a que los aceites esenciales son volátiles hay que incorporarlos fuera del fuego, cuando la cocción ha terminado. Lo mismo para las mermeladas de frutas: hay que incorporar dentro de una cuchara sopera de mermelada unas gotas antes de incorporar esta cuchara a toda la mermelada y mezclarlo todo antes de llenar los tarros.

Estas son algunas sugerencias para iniciarse en esta nueva forma de aromatizar nuestros platos favoritos.

• Añadir una gota de aceite esencial de mandarina en la compota de manzana justo antes de tomarla (una gota por cada ración individual).

• Añadir una gota de aceite esencial de limón, una gota de esencia de mandarina y una gota de esencia de naranja dulce a la ensalada de frutas.

• Para perfumar la miel, añadiremos 3 gotas de aceite esencial de lavanda.

• Disfruta de un yogurt natural con una gota de aceite esencial de limón, de naranja dulce o de lavanda.

• Descubre un sabor sorprendente añadiendo 2 gotas de aceite esencial de lavanda en la confitura de albaricoque, ¡te sorprenderá!.

• En el pastel de queso añade cuatro gotas de esencia de limón.

• Para aliñar las ensaladas, perfuma el aceite de oliva con aceite esencial de estragón (tarragon).

• Prepara un té verde con dos gotas de aceite esencial de yerbalimón (lemongrass), limón o mandarina (a escoger, para medio litro de té). Diluir en media cucharita de miel y agregar al té.