Estamos experimentando grandes cambios en el planeta. En todos los aspectos. A veces, sentimos que hemos dejado de avanzar hacia la Paz del Mundo pero eso es simplemente una cuestión de perspectiva. Algo que sí podemos asegurar es que la Tierra junto con sus habitantes, evolucionarán hacia un mundo de Amor y de Paz. No hay duda de que así será.

Hoy, el hermoso Ángel Yadell, el ángel de la Paz de Dios, nos brinda Su Paz, la Paz del Corazón. Porque es a través de aquietar el espíritu y las emociones que lograremos la paz en el mundo. La paz del mundo se logra cuando hay paz en cada persona, en cada corazón.

Los ángeles no trabajan invitando a las masas a serenarse o a pacificar su espíritu. Los ángeles nos tocan uno a uno… uno a la vez en forma personal y de acuerdo al momento justo y más oportuno para cada uno de nosotros.

Así, uno a uno, lograremos la Paz de todos.

El aceite esencial Picea Azul de Idaho es relajante, aumenta la concentración y la agudeza mental y a mejorar el sueño. Es un aceite esencial muy importante para la liberación de emociones profundas. Y es así cómo el Ángel Yadell, el ángel de la Paz de Dios, te invita a inhalar profundamente el delicioso aroma de la Picea Azul de Idaho en aceite esencial y, aplicando en el corazón, sienes, muñecas y detrás de los lóbulos de las orejas, cerrando por unos instantes tus ojos, sentirás cómo te relajas suavemente y tus emociones comienzan a entrar en equilibrio.

Difunde con tu difusor unas gotas del aceite esencial Picea Azul de Idaho en la habitación familiar para promover confianza, paz y equilibrio al mismo tiempo que invocas amorosamente al Ángel Yadell, ángel de la Paz de Dios, así:

“Luz Gloriosa de Tranquilidad Celestial, amado ángel Yadell, desciende tu luz sobre este hogar para que la luminosidad divina del mayor poder que es el poder de Dios invada nuestros corazones; eleva nuestra conciencia porque sabemos que, a través de los más elevados pensamientos y sentimientos es como vibraremos en paz interior logrando la serenidad en nuestra vida. Haz que nuestra luz irradie al mundo, tocando el corazón de nuestros hermanos los humanos, uno a uno a la vez. Que, a través de la mirada y la sonrisa, transmitamos paz, amor y bondad a donde vayamos cada día. Quédate con nosotros, en nuestro corazón y susurra a nuestro oído recuerdos de paz y serenidad. Gracias por estar hoy aquí. Que así sea.”